Los Manteño-Guancavilca vivieron entre el 1100 al 1520 n.e. a lo largo de la Costa ecuatoriana, desde la isla Puná, frente al golfo de Guayaquil, hasta Bahía de Caráquez.
Su principal modo de subsistencia fue el cultivo de yuca, maíz, maní, tomates, ají, piña, aguacate y zapallo en camellones o campos elevados; la caza de diferentes animales como el venado y el saíno; y la cría doméstica de llamas y patos.
Asimismo, el mar, los esteros y el manglar les proveyeron de conchas, caracoles, crustáceos y peces.
Gracias a la construcción de grandes embarcaciones en palo de balsa, la llamada “liga de mercaderes” logró cubrir amplias rutas comerciales en las que intercambiaba bienes suntuarios como textiles, conchas Spondylus y adornos de madreperla por lapislázuli, turquesa y cobre.
Existieron grandes señoríos distribuidos en poblados dispersos gobernados por una autoridad central. En las antiguas poblaciones de Jocay, hoy conocida como Manta, Agua Blanca, Cerro Jaboncillo y Cerro de Hoja, construyeron casas de madera de diversos tamaños con techos de paja u hojas de palma, terraplenes y grandes centros ceremoniales, todas sobre basamentos de piedra. En estos sitios se han encontrado numerosos vestigios en piedra como las características sillas en forma de U y las estelas.
La cerámica de color negro ahumado contó con superficies muy pulidas, brillantes y decoradas mediante incisiones, escisiones y pastillaje. Entre las principales representaciones, se encuentran estatuillas masculinas y femeninas desnudas que muestran con detalle atuendos típicos y grandes señores generalmente sentados sobre bancos de poder. Se destacaron en la actividad textil. Prueba de ello son las agujas elaboradas en hueso, oro, plata y cobre; los torteros o fusayolas y la diversidad de faldas, camisas cortas y tapa-rabos de varios colores elaboradas en algodón y pelo de llama. También fueron grandes orfebres. Elaboraron piezas martilladas y repujadas como orejeras, narigueras y pectorales.
Máscara y sombra son las representaciones del silencio. Testigos del universo, gobernaban los rituales de la naturaleza en el tiempo en que los dioses aún dialogaban con sus criaturas humanas. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario